En los Estados Unidos, por primera vez en la historia, los médicos trasplantaron un corazón de cerdo genéticamente modificado a un hombre.
Todo en el quirófano lucía como de costumbre para un trasplante de corazón. El médico a cargo explicó que el órgano del donante se veía perfecto, de buen tamaño y que el órgano se extraía de forma rutinaria.
Pero, lo siento doctor, no sé si rutina es la palabra correcta. El corazón listo para ser trasplantado no es un corazón humano. Es el corazón de un cerdo. Es una imagen histórica: después de ocho horas de cirugía, el corazón de un cerdo late dentro del pecho de un hombre.
El paciente que recibió el trasplante es David Bennett, de 57 años. Tenía una enfermedad cardíaca terminal y, antes de la cirugía, dijo que sus opciones eran morir o hacerse el trasplante, y quería vivir.
La cirugía sin precedentes y revolucionaria tuvo lugar el viernes (7) y, cuatro días después, David está bien. Según el médico, está despierto, hablando y el equipo espera que su recuperación continúe.
Pero eso no significa que el desafío haya terminado. De hecho, los médicos están preparados para tiempos difíciles. Esto se debe a que, aunque el corazón de un cerdo es similar al de un humano -incluso tienen el mismo tamaño-, otros intentos fracasaron porque las diferencias genéticas hicieron que el cuerpo rechazara el corazón.
Para evitar esto, el animal que fue donante de David fue modificado genéticamente. Los científicos eliminaron tres genes relacionados con el rechazo del corazón del cerdo e insertaron seis genes humanos para facilitar la aceptación del nuevo órgano por parte del cuerpo de David.
El médico explica que la peor etapa ya pasó y que no hubo rechazo, pero que nuestro cuerpo es una máquina que no se deja engañar tan fácilmente, y los médicos están preparados para otro posible ataque del cuerpo de David a su nuevo corazón.
“Diferentes actores inmunológicos pueden intentar eliminarlo, y nosotros diseñamos un plan de tratamiento más allá del corazón humanizado y editado genéticamente para intentar controlarlo”, explica el cirujano.
Conocer el resultado de este viaje médico puede llevar semanas, meses. Pero si todo sale bien, esto no será solo una cirugía experimental exitosa. Será una esperanza para miles de personas. Solo en los Estados Unidos, 6000 pacientes mueren cada año en la cola de un trasplante. Este martes (11), 110.000 personas esperan un órgano.
Y ven en el avance científico la llave que abre caminos que parecen callejones sin salida. Esperan de la ciencia lo que siempre nos ha dado: esperanza, evolución, resolución de problemas y, quizás, vidas salvadas con corazón de cerdo.