El diputado federal Jerônimo Goergen (PP-RS) volvió a exigir, este sábado, una solución al impago de más de R$ 239 millones entregados por Cuba a empresas brasileñas que exportaban a la isla a través del Programa de Financiamiento a las Exportaciones (Proex), operado por el Banco do Brasil. Gran parte de la pérdida, alrededor de R$ 107 millones, está relacionada con agronegocios que enviaban alimentos, como carne de pollo.
“Este caso es muy grave, más ahora que el propio presidente del BNDES reveló que Brasil aceptó puros como garantía de un millonario préstamo para la construcción del Puerto de Mariel, en Cuba. Nuestras empresas aún no reciben el pago por los productos enviados y el ciudadano brasileño pagó por la infraestructura en otro país. Esto es repugnante”, dijo el parlamentario que sigue el caso desde 2017.
Con la aprobación de la Procuraduría General del Tesoro Nacional (PGFN), BB se negó a pagar 18 millones de euros (equivalentes a R$ 107 millones) a los exportadores de aves de corral, alegando que el gobierno cubano está en mora. La cantidad es pequeña para el tamaño de las exportaciones brasileñas de pollo, pero un inconveniente para una empresa más pequeña.
El sector ha estado discutiendo el problema desde el final del gobierno de Michel Temer. La Asociación Brasileña de Proteína Animal (ABPA) presentó una demanda para cobrar los montos en 2020.
“En los últimos años, hemos realizado decenas de reuniones con el Banco do Brasil, Camex y el Tesoro Nacional en busca de una solución administrativa que permitiera el pago de la mora. Lamentablemente no hubo devolución de los montos adeudados, recordó la parlamentaria, autora de una Propuesta de Inspección y Control, que fue tramitada en la Comisión de Agricultura de la Cámara.
La “mini CPI investigó el default de Cuba a las agroindustrias brasileñas dentro del renglón Proex. El informe final de los trabajos fue aprobado a finales del año pasado y el dictamen remitido a los órganos competentes para su actuación.
Proex está suspendido para Cuba desde 2018. El programa financiaba al importador con fondos del Tesoro Nacional. La modalidad benefició exportaciones de empresas con facturación bruta anual de hasta R$ 600 millones. En las operaciones de mayor plazo, la porción financiada se limitó al 85% del valor de las exportaciones. La diferencia del 15% fue pagada en efectivo por el importador.