El productor de hortalizas, Alfredo Carrasco, inspirador y cabeza del proyecto inclusivo FarmHability, que promueve una agricultura sustentable e integradora, recibirá el premio “El Alma de la Ruralidad”, que el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) otorga a Líderes de la Ruralidad de las Américas.
El premio es parte de una iniciativa del organismo especializado en desarrollo agropecuario y rural para reconocer a hombres y mujeres que dejan huella y hacen la diferencia en el campo de América Latina y el Caribe. Además de recibir como reconocimiento el premio “El Alma de la Ruralidad”, los Líderes de la Ruralidad destacados por el IICA serán invitados a participar de diversas instancias asesoras del organismo especializado en desarrollo agropecuario y rural.
“Se trata de un reconocimiento para quienes cumplen un doble papel irremplazable: ser garantes de la seguridad alimentaria y nutricional y al mismo tiempo guardianes de la biodiversidad del planeta a través de la producción en cualquier circunstancia. El reconocimiento, además, tiene la función de destacar la capacidad de impulsar ejemplos positivos para las zonas rurales de la región”, dijo el Director General del IICA, Manuel Otero.
El ganador chileno
Alfredo Carrasco heredó de su padre la pasión por la agricultura y la naturaleza. Junto a él, desde chico, cultivó hortalizas en la granja familiar. El mundo de este joven cambió luego de sufrir un grave accidente en 2017 practicando ciclismo de montaña que lo dejó parapléjico. Una experiencia que en vez de derrumbarlo, lo llevó a reinventarse, a través de su proyecto inclusivo FarmHability, que promueve una agricultura sustentable e integradora, creando oportunidades de aprendizaje y produciendo alimentos sanos para su comunidad.
Alfredo diseñó un invernadero en el que puede desplazarse sin problemas en su silla de ruedas y además ayuda en la rehabilitación e inserción laboral de personas con discapacidad. “Toda mi vida estuve ligado al campo ya que mi papá es agricultor. Aunque desde los 17 años estaba pensando qué carrera estudiar, siempre he trabajado la tierra. Cuando sufrí el accidente comenzó la búsqueda de un proyecto para volver a la actividad agrícola, ya que nunca estuvo en mis planes trabajar desde una oficina. Entonces surgió esta idea de hacer un invernadero”, contó.
“Como añadidura –agregó- surgió la posibilidad de compartir este lugar con otros, para realizar capacitaciones y al mismo tiempo, poner a disposición una instancia de esparcimiento para más personas”.
Alfredo vive en la región de O´Higgins, ubicada poco más de 100 kilómetros al sur de Santiago de Chile. Su capacidad de pensar en crear oportunidades para la población con capacidades diferentes de la zona –unas 40.000 personas- y aunarlas con la actividad agrícola lo llevaron a ampliar horizontes.
“Se trata de gente que está en edad laboral pero una gran mayoría no trabaja porque no existen las condiciones adecuadas para que lo hagan. Ante esa realidad, y considerando el tremendo potencial agrícola de la zona, pensé que debía hacer algo para unir estos mundos que parecían tan lejanos. Así nació FarmHability”, contó.
El proyecto consiste en el diseño e implementación de espacios agrícolas productivos en los cuales una persona con capacidades diferentes se pueda desenvolver y adquirir herramientas para trabajar en diferentes labores agrícolas.
FarmHability cuenta con un invernadero de 250 metros cuadrados, con mesones adaptados para que cualquier persona pueda trabajar en ellos, y una serie de pasillos que permiten la movilidad necesaria para acceder a la tierra, a las herramientas y a las áreas de cosecha y empaque.
Finalmente se destaca que la iniciativa es apoyada por la Fundación para la Innovación Agraria (FIA).