El precio del pollo tuvo un nuevo máximo esta semana y osciló entre 6 y 8%, dependiendo de la marca y según distintas fuentes consultadas en el sector avícola local.
Pero eso en valores públicos y de venta libre implica un aumento de entre $50 y $60 por kilo y por corte, aumento que varios carniceros se resisten a aplicar debido a la fuerte caída en las ventas que se evidencia no solo por Semana Santa, sino por la caída del poder de compra del consumidor.
“Hemos tenido dos aumentos. Uno de $200 la semana pasada y otro de $200 esta semana por cada caja de 20 kilos. Desde que se anunció la guerra contra la inflación, hemos llegado con aumentos”, dijo Cristian, dueño de un negocio de distribución de aves en la zona sur. En su caso, que ofrece diferentes marcas, los precios van de R$ 4.800 a R$ 5.400, con el nuevo aumento.
Agregó que “hasta ahora no se podía conseguir un kilogramo de pollo entero por menos de US$300 en gallineros, pero después de ese aumento hay que pensar en US$40 a US$50 más por kilogramo y lo demás igual. de cortes, como pechuga o filete”, apuntó.
En tanto, Roberto, dueño de una pollería en el sur de la ciudad, señaló que “la distribuidora me dejó esta mañana -para ayer-, un nuevo precio, US$ 5.400 la caja, cuando costaba US$ 4.900. 500 más por caja, que agrega como $25 a $30 más por libra. La verdad es que se complica, a pesar de que la gente busca más pollo que carne, solo recaudar $40 o $50 no le queda bien a nadie”.
En el caso del pollo, el kilo se obtenía entre US$ 200 y US$ 220 en gallineros de barrio a principios de año. Ahora, oscila entre $ 280 y $ 320. También ha aumentado casi un 20% desde enero.