Un 3,5% de los habitantes de Castilla-La Mancha no puede permitirse comer carne, pollo o pescado dos veces por semana, según la Encuesta de Condiciones de Vida publicada esta semana por el Instituto Nacional de Estadística (INE). El informe ha revelado grandes diferencias territoriales en este ámbito, algunas arrastradas de años anteriores y otras achacables a la irrupción del coronavirus en 2020.
En esta concreta «carencia material» que analiza el INE, junto a Galicia (14,6%) y Canarias (10,7%) también tienen tasas superiores a la media (5,5%) Baleares (8,7%), Murcia (8%), Andalucía (7,6%), Comunidad Valenciana (6,5%) y Extremadura (5,9%), además de Melilla, que llega al 15,2 %.
Por el contrario, están por debajo Cantabria (3,7%), Castilla-La Mancha (3,5%), Madrid (3,4%), Navarra (3,3%), Asturias y País Vasco (2,9% en ambos casos), Cataluña (2,8%), Castilla y León (2,7%) y Aragón (1,2%), además de Ceuta (1,4%).
Entre 2019 y 2020, el porcentaje de población con esta carencia en Castilla-La Mancha aumente levemente, del 3,4% al 3,5%.