De acuerdo con el Consejo Mexicano de la Carne (Comecarne) durante el año pasado, si bien hubo crecimiento en algunos segmentos de la industria nacional de las carnes frías, en general la tendencia del sector se mostró a la baja con una caída de 1.2% respecto a 2019.
Las cifras indicaron que la demanda se redujo 2.1% con más de un millón de toneladas, lo que trajo consigo un comportamiento similar en el consumo per cápita, que se situó en 7.7 kilogramos, cantidad 1.1% menor a la anotada en 2020.
México tiene un consumo bajo de estos alimentos en comparación con países como Alemania e Italia, en donde asciende hasta los 29 kilogramos por habitante.
Durante el año pasado este sector generó un total de 999,000 toneladas de productos procesados, con buenos desempeños registrados en el procesamiento de salchichas, rubro que se incrementó 1.9%, sin embargo, el de los jamones disminuyó 3.8%; ambos alimentos en conjunto representan más del 90% de la demanda de estas mercancías a nivel nacional.
El segmento de la producción más afectado, de acuerdo con los números del organismo, fue el del chorizo, la longaniza, el tocino, la mortadela, y el queso de puerco, con una contracción total por el orden de 5.6%.
Pese a este escenario y a la crisis por la pandemia que se inició en 2020, en el Comecarne destacaron que dentro de la industria no hubo bajas laborales, pues se lograron mantener los 38,000 puestos de trabajo —equivalentes a 48% de los empleos en el sector cárnico— registrados por la Encuesta Mensual de la Industria Manufacturera (EMIM) realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
En México el segmento de las carnes frías representa 23% de la industria alimentaria y 32% del PIB agropecuario.
Destacaron además que las exportaciones de estos alimentos se mantuvieron estables en 2020 respecto a 2019, con una caída de apenas 0.8%, mientras que las importaciones tuvieron una baja aún mayor de 21.8%.
Esto lo atribuyeron al cierre de plantas procesadoras en Estados Unidos quien es nuestro mayor proveedor, este comportamiento durante el año pasado obedeció directamente a causas de brotes de Covid-19 (Coronavirus) dentro de sus instalaciones, lo que se tradujo en una menor oferta y en una disminución del déficit comercial para México de 9.3%.